sábado, 26 de marzo de 2011

La teoría

—Algunas palabras tienen su genio [...] sin embargo, ¡yo me las arreglo para tenérselas tiesas a todas ellas! ¡Impenetrabilidad! Eso es lo que yo siempre digo.
—¿Querría decirme, por favor —rogó Alicia— qué es lo que quiere decir eso?
—Ahora sí que estás hablando como una niña sensata —aprobó Humpty Dumpty, muy orondo. —Por «impenetrabilidad» quiero decir que ya basta de hablar de este tema y que más te valdría que me dijeras de una vez qué es lo que vas a hacer ahora pues supongo que no vas a estar ahí parada para el resto de tu vida.
—¡Pues no es poco significado para una sola palabra! —comentó pensativamente Alicia.
L. Carroll, "Alicia detrás del espejo".


¿Qué es un marcador de contexto?
Ya en 1981 P. Watzlawick, teórico de la comunicación humana, destacaba la importancia del contexto para entender cualquier conducta humana: “un fenómeno  permanece inexplicable en tanto el margen de observación no es suficientemente  amplio como para incluir el contexto en que dicho fenómeno tiene lugar”. También el antropólogo Bateson introducía el concepto de “marcador de contexto”, para  referirse a todo ese conjunto de señales (claves) que permiten diferenciar los contextos y  responder de diferente forma ante los mismos estímulos en diferentes situaciones.

¿Reaccionamos a los contextos?
Constantemente. Tenemos un papel activo a la hora de dar sentido y de interpretar una situación, no somos pasivos ante el contexto. Y no sólo reaccionamos a contextos amplios (cultura, ambiente, familia, etc.), sino a contextos concretos. Además no sólo reaccionamos al contexto en el momento, sino que tendemos, para nuestra seguridad, a anticiparlos. Además tenemos nuestras expectativas, nuestra experiencia acumulada, nuestras reglas conformadas…. Así que estamos reaccionando incluso antes de estar en ellos (reaccionando a nuestra idea de contexto).



Los animales que sobreviven son los que "mejor se adaptan al medio", y es lo que hacemos las personas, reaccionar ante el contexto para adaptarnos, biológica y socialmente. Adaptarse a un contexto depende de la facilidad que cada uno tenga para detectar contextos y conozca las implicaciones de su actuación en él.

¿Construimos conscientemente contextos?
Hay que despertar y construir conscientemente contextos útiles para generar aprendizajes a diferentes niveles, porque al construir un contexto construimos también qué opciones podemos generar dentro de él.
Además, esa construcción consciente es desde donde nos situamos para interpretar la realidad, y si no lo hiciéramos, no podríamos crear significados acertados. Y, aun así, cuando lo hacemos, puede que no tengamos la información suficiente y no sepamos que los significados han cambiado.

Si, por ejemplo (mi fuente de inspiración es la foto del blog de Sergio), estamos en china y vemos por la calle escupir a un chino, nos parecerá que es un mal educado, porque hemos interpretado la realidad desde una sola perspectiva (cultura occidental). Si nos situamos en la perspectiva del chino (cultura asiática), escupir no significa ser mal educado. Sabiendo eso, habríamos interpretado al chino de otra manera.

Pero, como decía antes, si somos capaces de generar conscientemente contextos para poder encontrar nuevas posibilidades y alcanzar mejores resultados, ¿podríamos cada día construirnos un contexto familiar y laboral de felicidad, paz y armonía? ¿y podríamos crear ese contexto colectivamente?


¿Supone detectar contextos, construir contextos, una metahabilidad social?
Por ejemplo si al hablar en público piensas que estás en tu casa, donde sí que tienes la habilidad de hablar bien, estarás más relajado.
Podemos pensar que no tenemos la habilidad, pero en realidad puede que solo sea problema de un cambio de contexto.

Detectar contextos permite hacer metacognicion porque ser consciente de las posibilidades de una situación pasa por reorganizar la información de lo que ocurre. Preveer, identificar habilidades para ponerlas en marcha, identificar limitaciones, potencialidades, etc. significa aprender de uno mismo. Y todo ello supone un cambio generativo.


Como dice McWhirter “ser consciente de todas las posibilidades que tengo a mi alcance, de lo que está ocurriendo, es producto de mi manera de organizar la información de lo que ocurre”, es decir, de un cambio de perspectiva que pasa por conocerse a sí mismo.

¿Cómo influye un contexto en tu percepción, tus afectos, tus pensamientos?
El contexto influye en los aspectos que en ese momento son relevantes para cada uno.
Si cambia el contexto tratas de adaptarte a él, tratando de entender la nueva situación o de detectar de qué situación se trata, influyendo así constantemente en lo que dices, cómo lo dices, etc. para adecuarte a ella. Y hacemos ésto para estar en consonancia a las circunstancias del contexto y no sentirte un "extraño". 


Es el ejemplo de la fiesta de disfraces: si todo el mundo va disfrazado y tú no te sientes mal, pero si sucede al contrario el ridículo que haces influye no solo en tus pensamientos, sino en toda tu reputación. ¿Será por esto por lo que tendemos a juntarnos con aquellos que más se nos parecen? ¿Lo de "Dios los crea y ellos se juntan"?

¿Qué influencia tienen aspectos tales como las expectativas, las razones, los propósitos con el contexto?
Tiene gran influencia, pues cada uno construye una interpretación del contexto y de la situación en la que está participando que no es solamente social, sino subjetiva y personal. La experiencia acumulada de cada uno es lo que hace esperar que sea así como lo pensamos.

Cada uno valora a distintos niveles las diferentes situaciones. Si la valoras como una vivencia positiva, debes ser consciente de la dirección de acercamiento que se está estableciendo. Que se cumplan tus expectativas con el contexto hace que te sientas más seguro.

Las expectativas con el contexto influyen para que concuerde lo que quiero hacer con cómo y por qué lo quiero hacer.

1 comentario:

Alejandro dijo...

Hola otra vez

Buen desarrollo de las preguntas que os planteé sobre este tema.

Ahora comprenderás por un lado por qué me puse el bolígrafo en el oído, y luego en la nariz (en un contexto muy específico claro, ja...)

Muy bien

Alejandro